Las madres, las madres siempre piensan que sus hijos son extraordinarios. La mía piensa eso de mí. Tanto, que piensa que todo lo que ve en las series en las que he trabajado lo he hecho yo. Hay cosas que sí, claro, pero cómo explicarle exactamente a qué me dedico. No es solo ambientar los decorados que ve al fondo.
No, no sabe, da igual, pobre, ella quedó encantada con el restaurante que montamos en aquel hotel del Escorial para un capítulo de "Los misterios de Laura". Tampoco le voy a quitar la ilusión.
Por eso, para comenzar el año y este blog, he elegido un pequeño vídeo en el que persigo a una sepia (de supermercado, inerte) para que el mar no se la tragara y pudiéramos volver a ponerla a primera. A la vez, dicha sepia, debía parecer una medusa.
Esta es una de las mil cosas que una hace, y que os juro, nunca más tendré que volver a hacer...
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